La Plenitud del Reino es Amor

(Mateo 5:38-48)

La predicación contemporánea se centra en el Evangelio del Reino. Pero aunque el tema es el correcto, noto en repetidas ocasiones un descuido en la conducta moral, una escasez de cualidades fundamentales. Hemos escuchado hablar del Reino en relación a las finanzas, lo sobrenatural, el gobierno, los ministerios apostólicos y proféticos, los eventos futuros, pero es poco frecuente hablar del amor. A través de este mensaje quiero que aprendas que el amor es la plena expresión del Reino de Dios.

El francés Albert Schweitzer, hombre de Dios del siglo pasado, teólogo, filósofo, musicólogo e hijo de un pastor protestante, vivió intensamente con una mentalidad del Reino de Dios. Su mensaje principal fue: el cristianismo es esencialmente el anuncio del advenimiento del Reino de Dios y la moral que contiene consiste en una conducta activa frente al mundo.  Por esta razón Schweitzer dedicó su vida sirviendo a Dios en el hospital que fundó en el Congo Francés. Para lograr su misión apostólica, este apasionado hombre de Dios, no se conformó con ser doctor en teología, sino que también se hizo doctor en medicina y concertista de Bach. A través de su gira de conciertos, sufragó los costos del hospital donde ofrecía sus servicios médicos. Cuando Schweitzer recibió la carta que le invitaba a recibir el Premio Nobel de la Paz, estaba trabajando en el hospital, se echó la nota al bolsillo e indicó que si no le hacían el cheque a nombre del hospital no asistiría a recibir el famoso premio.

La pregunta de los 24,000 chavitos es: ¿a cuántos de los líderes religiosos de hoy hemos visto realizar una obra de amor como la obra de Albert Schweitzer? ¿Qué motivó a este hombre a gastarse de esa manera sirviendo a Dios? Albert claramente comprendió que el amor es la plena expresión del Reino de Dios.

Cuando se dice plena o plenitud, se refiere a totalidad o integridad. En otras palabras la totalidad o la integridad del mensaje del Reino es el amor.  Este amor proviene de otro mundo, pues nos invita a amar a nuestros enemigos.

Amar a los enemigos es una expresión de otro mundo de valores, un valor específico del Reino de Dios

Los maestros judíos entendían por “prójimo” sólo a los que eran de su propio país, nación y religión, a los que les complacía considerar amigos.  Amarás a tu prójimo (v. 43) es un mandato de la ley (Lev. 19:18). El término “prójimo” significa literalmente “cercano”, o “próximo”. Los judíos entendían que esto se refería a gente de su propio pueblo. Es posible que los fariseos lo limitaban a otros fariseos. De todos modos, la expresión aborrecerás a tu enemigo (v. 43b) no se encuentra en el AT, pero sí, en la literatura de Qumrán, conocida como “Los documentos del mar Muerto”. La cita de Jesús es evidencia de que los rabíes habían corrompido el texto de Levítico, agregando aborrecerás a tu enemigo.  Los hijos de Dios, los súbitos del Reino, debemos tener la intención de conformarnos al ejemplo de nuestro Padre celestial (1 Pedro 1:15, 16). 

El amor hacia los enemigos es la justicia salvífica, sobreabundante y trascendente del Reino de Dios

Los cuatro ejemplos de la porción del evangelio en Mateo 5, hablan de resistir al malo y expresar el amor de Dios. Esta clase de amor es la que Dios nos expresó en Jesucristo y la que él espera que expresemos ahora en el mundo.

El amor hacia los enemigos comienza en la oración y culmina en la acción (v. 44)

Debemos no solamente orar por ellos, sino hacer salir nuestro sol a favor de ellos (v. 45). Hacer salir nuestro sol es brindarle los beneficios de nuestra obra en la Tierra.

El amor hacia los enemigos nos perfecciona (v. 48)

La palabra «perfecto» aquí viene el griego «teleios», lo cual se significa: 

  • llevado a su término
  • que no necesita nada para ser completo
  • integridad
  • madurez, crecimiento completo

Amar a los enemigos es una extensión del amor de los hermanos (1 Pedro 4:7-9)

En ocasiones somos muy osados en amar a gente extraña, pero maltratamos a los de la casa. Eso no fue lo que Jesús nos enseñó. El amor comienza en casa y se extiende al mundo entero.

En conclusión, Cristo nos llama a enfocarnos en la integridad del Padre Celestial. Cuando amamos a los enemigos crecemos a la estatura de Cristo. Fijarse en la integridad de líderes terrenales nos decepciona y nos limita a la escasez de su amor, pero imitar la santidad de Dios nos hace crecer, nos expande a la plenitud del amor de Cristo (Efesios 3:14-21).

Referencias:

  1. http://www.laverdad.es/murcia/v/20110220/murcia/amor-enemigos-20110220.html
  2. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/schweitzer.htm
  3. Henry, M. (2003). Comentario de la Biblia Matthew Henry en un tomo. (713). Miami: Editorial Unilit.
  4. Carro, D., Poe, J. T., Zorzoli, R. O., & Editorial Mundo Hispano (El Paso, T. (1993-<1997). Comentario bı́blico mundo hispano Mateo (1. ed.) (100). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.
  5. http://www.searchgodsword.org/lex/grk/view.cgi?number=5046