Dependencia total del Espíritu Santo

Intro:

    • A finales del 2011, el Señor nos impulsó a enfocar nuestro ministerio a la formación de discípulos radicales
    • Hoy comenzaré una serie de enseñanzas centradas en nuestra desarrollo como discípulos radicales de Jesucristo. 
  • He titulado esta serie: «El perfil de un discípulo radical»
  • El primer tema de esta serie será: Dependencia total del Espíritu Santo. Puesto que no podemos ser discípulos radical sin una relación estrecha con el precioso Espíritu del Señor.
  • Perfil – conjunto de rasgos que caracteriza a alguien.
  • Así que el primer rasgo de un discípulo radical es la dependencia del Espíritu Santo.

Marcos 1:7-8  (NTV)

Juan anunciaba: «Pronto viene alguien que es superior a mí, tan superior que ni siquiera soy digno de inclinarme como un esclavo y desatarle las correas de sus sandalias. Yo los bautizo con agua, ¡pero él los bautizará con el Espíritu Santo!

  • Lo primero que revela la Palabra de Dios es la necesidad de sometimiento a la autoridad de Dios en Jesucristo – «alguien que es superior a mi». Una sana relación con Dios debe estar entre el temor reverente y la confianza de la intimidad, siempre teniendo en cuenta que no nos estamos relacionando con el hijo del vecino, sino aquel que nos hizo para alabanza de su gloria.
  • Lo segundo revelado es la realidad de que somos indignos de servirle. La humanidad está totalmente divorciada de Dios por causa del pecado. Nos hemos convertimos en servidores del pecado y no de la justicia. Ahora bien, de esto se trata la buena noticia, que hemos recibido la gracia, el don de Dios, la libertad en Cristo. Es imposible comprender la gracia, sino comprendemos primero lo alejados e indignos que éramos sin Cristo.
  • Lo tercero revelado en este pasaje es el don de Dios, la promesa del Espíritu Santo. Jesucristo vino a bautizar con el Espíritu Santo. La gran promesa que el Evangelio hace a los arrepentidos y cuyos pecados han sido perdonados es el bautismo en el Espíritu Santo. El cual el creyente debe pedir con fe:

Lucas 11:13 (NTV)

Así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuanto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes lo pidan».

  • Humildad y dependencia de Dios es el resultado de haber reconocido el poder y la grandeza de Dios y nuestra triste condición como pecadores separados de él.
  • En otras palabras debemos de ser derribados antes de poder ser reconstruidos. Tenemos que morir para poder resucitar. Tenemos que entregar nuestra vida para poder recuperarla. Debemos ser humildes para poder ser exaltados. 
  • Pedir es reconocer y verbalizar una necesidad. Cuando pedimos nos humillamos y nos ponemos a la merced de la persona a quien le pedimos alguna cosa. Pero en el caso de nuestro Padre Celestial tenemos una garantía, él nos dará el Espíritu Santo si lo pedimos.
  • Nos toca a nosotros creer en su carácter bondadoso, arrepentirnos, humillarnos y esperar el cumplimiento de su promesa.

Hechos 2:38 (NTV)

Pedro contestó: Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus pecados y volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados. Entonces recibirán el regalo del Espíritu Santo.

¿Por qué es tan importante depender el Espíritu Santo?

 

  • El E.S. opera en nuestras vidas desde el día en que creímos en Cristo como Señor y Salvador y decidimos convertirnos en sus discípulos. Juan 16:8 (NTV) dice: «y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado y de la justicia de Dios y del juicio que viene».
  • El E.S. en nosotros es la prueba de que somos hijos de Dios. Como dice Gálatas 4:6 (La Palabra Versión Hispanoamericana) «Y prueba de que ustedes son hijos es que Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a sus corazones; y el Espíritu clama: “¡Abba!”, es decir, “¡Padre!”».
  • Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él (Romanos 8:9)
  • El E.S. nos administra las cosas del Señor Jesús y nos impele por el camino de la santificación. Como dice 1 Pedro 1:2 (La Palabra Versión Hispanoamericana): «A ustedes, objeto del designio amoroso de Dios Padre y consagrados por medio del Espíritu para que obedezcan a Jesucristo y sean purificados con su sangre».
  • La obra es E.S. es indispensable pues si él no nos santifica, no podríamos ver al Señor. «Procuren estar en paz con todos y llevar una vida de consagrados; sin ello nadie verá al Señor» (Hebreos 12:14, La Palabra Versión Hispanoamericana).